Siempre Listo

Uno de los trabajos más fascinantes que tengo es ser parte del staff del “Browne Center for Innovative Learning” (Instituto de la Universidad de New Hampshire) en el “Congreso Anual de Desarrollo de Liderazgo” de una importante compañía trasnacional. .

El evento se lleva a cabo al norte de Washington DC, en The National Conference Center y tiene una duración de 5 días.  La sede… la inmersión total en 5 días… el diseño experiencial del Browne Center… un equipo de 30 facilitadores talentosos de todo Estados Unidos… speakers líderes en su campo… 30 coaches de la empresa y más de 200 participantes que viven el programa, hacen que sea una experiencia única y poderosa.

En la edición del 2016, para iniciar labores el primer día Amy Edmondson, Novartis Professor of Leadership and Management of The Harvard Business School compartió su mensaje y conocimiento basado en sus publicaciones de TEAMING y Connect, then Lead, así como una  simulación basada en el Everest.

La simulación utiliza el dramático contexto del Monte Everest para aprender acerca de la dinámica de equipos y liderazgo.

Fue así como un día antes Mark Stailey, Director Corporativo del Browne Center quien además es gran amigo y colega con quien comparto varios proyectos, me lanzó una pregunta ¿Por qué no compartes con nosotros tu experiencia en el Everest mañana después de la simulación? ¡Podemos hacer un espacio de 15 minutos!

Mi naturaleza me hizo responde sí instantáneamente. Un instante después estaba preguntándome ¿cómo es que acepté?

Asi como le tengo un gran respeto a la montaña, se lo tengo al micrófono. Tener un micrófono frente a cientos de personas es una gran responsabilidad. Y si no tienes un plan y tiempo para prepararte puedes terminar pensando en voz alta.

A mi respuesta afirmativa siguieron varias horas de conversación con Mark y otros colegas, compartí historias, anécdotas y me ayudaron a identificar lo que daría más valor a los participantes. Una conferencia no es acerca del que habla, es acerca del que escucha, y debemos ser empáticos y observadores de la audiencia. El que escucha debe ser siempre nuestro punto de partida.

Mis colegas salieron de mi habitación a la media noche, mi corazón latía como subiendo a la carrera por la montaña y mi mente daba una y más vueltas entre las posibles historias y mensajes a compartir.

Con el apoyo de la estructura y formatos de presentaciones e historias que utilicé, el mensaje cobró vida y dos horas después pude dormir tranquilo.

Al terminar Amy Edmondson una gran sesión, Mark me presentó ante la audiencia. Caminé al estrado, y comencé “Ustedes están aquí….” y como siempre me pasa, la intuición y la planeación se unen y emergió un mensaje diferente al que planeé la noche anterior pero siempre mejor de lo que imaginé.

Tomar el micrófono implica estar siempre listo. Las oportunidades-sorpresa siempre nos hacen crecer.